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sábado, 7 de mayo de 2016


Enfermedades del aparato respiratorio

     Tuberculosis: Es una infección bacteriana contagiosa que compromete principalmente a los pulmones, pero puede propagarse a otros órganos. Los síntomas clásicos de la tuberculosis son una tos crónica, con esputo sanguinolentofiebresudores nocturnos y pérdida de peso. Se contagia por vía aérea, cuando las personas infectadas tosen, estornudan o escupen. Además, un número creciente de personas del mundo contraen la tuberculosis debido a que su sistema inmunitario se ve comprometido por medicamentosabuso de drogas o el sida.

Prevención: Se previene mediante una vida sana e higiénica, identificando oportunamente a los enfermos y asegurando su curación para no contagiar a otras personas, principalmente por medio de la vacunación con vacuna BCG.

Medidas preventivas:

  • La persona infectada debe protegerse siempre que tosa con pañuelos desechables.
  • Lavado de manos después de toser.
  • Ventilación adecuada del lugar de residencia.
  • Limpiar el domicilio con paños húmedos.
  • Utilizar mascarilla en zonas comunes.
  • Restringir visitas a personas no expuestas a la enfermedad.
  • Garantizar consistencia al tratamiento.
  • No fumar. El cigarrillo no causa tuberculosis, pero sí favorece el desarrollo de la enfermedad.

Tratamiento
El tratamiento de la tuberculosis se realiza con combinaciones de medicamentos antituberculosos, haciendo eficaces las pautas de seis meses de tratamiento.

Tratamiento sanatorial de la tuberculosis: Consiste en aumentar el flujo sanguíneo pulmonar, por la taquicardia inducida por la altura. Sin embargo, la evidencia de su eficacia resultó dudosa.
Tratamiento quirúrgico de la tuberculosis: Se realizaron diversas técnicas, todas ellas basadas en la colapsoterapia, que consistía en hacer colapsar el pulmón para que permaneciera en reposo y así curara la enfermedad.
Tratamiento farmacológico de la tuberculosis:
  • Fármacos de primera línea: isoniacida, rifampicina, pirazinamida, etambutol o estreptomicina
  • Fármacos de segunda línea: cicloserina, etionamida, ciprofloxacino, etc. Se utilizan en los casos de tuberculosis resistentes o cuando los de primera línea producen efectos secundarios.



 


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